III Parte


Cuando regrese a casa, al santo evangelio, desapareció la tristeza y llegó la alegría; la amargura, después de un tiempo, también se fue. Gracias doy a Dios por esta segunda oportunidad que me ha dado, no solo de vivir, sino de conocerle, lo cual es algo extraordinario. Regresar al camino de Jesús, fue como volver a vivir, literalmente hablando. Los vicios que adquirí cuando me aleje del Señor, el de tomar licor y el de fumar cigarrillos, fueron cortados por la mano de Dios, de tajo. Desde el momento de mi retorno al evangelio, ya no volví nunca más a tomar un trago de licor ni a fumar un cigarrillo. Mi Señor y Salvador hizo esta obra en mí, pues estos vicios los tenía bien arraigados y él los quitó de manera sobrenatural.

 

En cuanto a las contaminaciones que contribuyeron fuertemente para que me alejara de Jesús, la masturbación y pornografía, Jesucristo obro de manera diferente para liberarme de esas prácticas pecaminosas. La pornografía se fue luego de casi un año de pelear contra este hábito. Tuve que luchar varios años más para poder ser libre totalmente de la masturbación; fueron unos tres a cuatro años desde mi retorno al redil, pero después de ese período, quede totalmente libre de esas cadenas. Estando en esta lucha, un día pensé en mi interior, que para estar así, teniendo que batallar otra vez con esas impurezas, era mejor volver atrás, regresar al mundo. En el mismo instante algo salto, se movió dentro de mí, era el Espíritu Santo y Jesús me dijo que tenía que pelear si quería ser librado. Así batallé en oración y ayuno, hasta que lo conseguí, con la ayuda de mi Dios.

 

Hay un corito que dice: Ya no me siento solo, solo, solo, porque conmigo está Cristo mi Salvador, él vive en mi interior y me defenderá... Cuan verdaderas son estas palabras para aquel que sinceramente entrega su corazón a Jesús. Al regresar a casa, al redil, la falta de amigos y la soledad fueron compensadas con la presencia de Dios. Ahora tengo amigos, pero es el Señor Jesús quien se ha convertido en el mejor de ellos. Si se le da la oportunidad, Jesús llena el vacío, que por falta de: padre, madre, hijos, hermanos, esposa o esposo, amigos etc. hay en el corazón humano; lo hace con su Santo Espíritu.

 

A los pocos días de haber vuelto a Jesús, inicié cuarenta ayunos, de manera consecutiva, comiendo hasta pasadas las ocho de la noche. En esos días estaba aún trabajando en lo secular y como del trabajo salía para la iglesia, llegaba bastante noche a casa, por esta causa comía pasadas las ocho o nueve de la noche. Ese fue el inicio de una búsqueda incesante de la presencia de Dios, y es lo que me ha ayudado a conocer a mi Señor y Salvador. La biblia dice que Dios es Espíritu, y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que le adoren (Juan 4.24).

 

Ayunar es algo que por lo general a la carne no le agrada, pero que es sumamente necesario hacer para entrar y permanecer en la dimensión en la que Dios esta, la espiritual. Solo entrando y permaneciendo en esta dimensión, podemos conocer realmente a Jehová de los ejércitos. Fueron varios años de estar prácticamente todos los días en ayuno, como seis consecutivos.

La iglesia donde Jesús me guió a congregarme, cuando regrese al evangelio, era en ese tiempo (no sé si aún lo es), una que daba bastante énfasis a lo espiritual, al ayuno, la oración, la vigilia etc. En esta congregación, permanecí en vigilia durante más de dos años, casi todas las noches.

 

A principios del 2001 Jesús me ayudo a presentarle cuarenta ayunos y cuarenta vigilias, todo de manera consecutiva y al mismo tiempo, es decir, que a la vez que presentaba los ayunos también presentaba las vigilias. Para entonces ya no estaba laborando en lo secular. Al tercer día de estar en estos sacrificios, Dios me bautizó con su Espíritu Santo en una vigilia de jóvenes. Esto sucedió para que pudiera resistir hasta el final de los ayunos, pero también porque yo había pedido este bautismo. Fue en este tiempo que comencé a dormir de rodillas, en la presencia de Dios.

 

Hasta hoy, sigo durmiendo cada noche a los pies de Dios, rara vez sucede lo contrario. Cuando digo "dormir a los pies de Dios", me refiero al hecho de que en la noche, puesto de rodillas, oro, por lo general un buen rato, y luego me quedo siempre en su presencia, de rodillas y así duermo. A veces me despierto en la madrugada y sigo orando, o si no, siempre por la mañana, bien de mañana prosigo mí tiempo de oración, hasta que me levanto de estar en la presencia de mi Dios.

 

Al poco tiempo de mi reconcilio con Jesús, en mis oraciones le pedí a mi Señor que me ayudará a aprovechar cada segundo de mi vida al máximo. De manera que esta es una forma de cómo Jesús me ayuda a hacerlo, durmiendo en su presencia. Menciono lo anterior, por la magnitud del ministerio que Jesús me ha dado, este ministerio es mundial y es mi Señor quien va delante de mí, haciendo su bendita obra. Comencé a predicar al poco tiempo de haberme reconciliado, predicaba en una filial de la iglesia donde me congregaba y también lo hacía en los parques, los mercados, las calles, los autobuses etc.

 

Desde entonces hasta la fecha, he predicado en muchos lugares y en diferentes eventos, también en la radio y televisión. A mediados del año 2000, deje de trabajar en la empresa donde laboraba, y comencé a servir a mi Señor predicando su palabra. La lectura de la biblia se fue haciendo más intensa cada día. En junio del 2002 me traslade al local de la iglesia central donde me congregaba, para vivir y servir allí a tiempo completo en la obra de Dios. Pero seguí predicando en la filial un año más, aunque estaba viviendo en ese lugar.

 

El año 2003 inicié de lleno mi servicio en la iglesia central, predicando y sirviendo en diferentes áreas. Dios me concedió que obtuviera una licenciatura en teología el año 2007, de una universidad estadounidense, estando aun en esta iglesia.

 

A mediados del 2007, el mes de junio específicamente, me salí de esta iglesia para emprender la empresa de servir a mi Señor Jesucristo en lo propio, en el ministerio que él me ha regalado. Este ministerio lo comencé a pedir a Jesús desde el año 2001 más o menos. Le pedí un ministerio mundial, de predicar su palabra en diferentes lugares y eventos y a través de los medios comunicativos. Gracias doy a mi Señor, porque así lo he recibido.

 

Como cuatro meses antes de cesar de predicar y de servir en la iglesia mencionada, Dios me reveló que tomaba el ministerio que tanto le había pedido. Por esta razón deje la iglesia donde pastoreaba, para comenzar a tomar mi propio ministerio. Desde entonces han pasado más de nueve años. En estos he predicado en diferentes lugares, eventos e iglesias y sobre todo en los autobuses, pues soy evangelista. Predicar en los buses del transporte colectivo, es algo que comencé a hacer casi desde que volví al redil y se hizo una práctica muy intensa, constante e importante en mi rol de predicador.

 

En 2002-2003 Jesús puso en mi corazón predicar en todos los autobuses interdepartamentales de mí país, de esta manera predique en todos los departamentos de mi nación. Para cuando me salí de la iglesia donde predicaba, para tomar lo propio, ya tenía el título de teología y había predicado y pastoreado durante un buen tiempo en ese lugar. Por esta causa, cuando Jesús me dijo que tenía que seguir predicando en los buses, no quería; pase en ese conflicto como un mes, pero luego di inicio a la tarea.

 

La palabra de Dios dice que si uno es fiel en lo poco, Jehová en lo mucho lo pondrá (Mateo 25.21). Tomando en cuenta este principio del reino de los cielos, Dios me mandó a predicar donde por lo general nadie quiere ir, donde a muchos predicadores les da pena predicar, porque se sienten humillados, pero donde está la necesidad. Esto no ha sido fácil ni de mi propia iniciativa, sino según la misericordia de mi Salvador, y de como él Señor ha ido guiando mi vida y ministerio.

 

Mi vida está consagrada a mi Señor y Salvador, hasta la fecha no me he casado por estar ocupado trabajando en la viña de Jesús ¡Por supuesto que pienso hacerlo! Pero no sé cuándo, en todo caso, esto está en las manos de Jesús. Mi mente y corazón están ocupados en los negocios de Dios, mi trabajo es: Predicar, orar, escudriñar la biblia, sacar estudios y enseñanzas etc.

 

Desde que me salí de la iglesia donde pastoreaba y predicaba, estoy por lo general, en la mañana orando y escudriñando la biblia, sacando estudios etc. Por la tarde salgo a predicar y por la noche sigo estudiando y orando. Para el mundo y para el cristiano carnal, soy un perezoso, un holgazán, un mantenido etc. Pero soy alguien que está ocupado trabajando a tiempo completo en la viña de Dios, haciendo lo que él me ha encomendado hacer. "... A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos" (Mateo 9.37).

 

La palabra obrero significa trabajador, de manera que quien predica o sirve a Dios de manera intensa en cualquier otra área, trabaja para él. He pedido a Jesús que me dé  un ejército de oración, hermanos/as que en todo el planeta intercedan por este ministerio y también por  mi. Además, estoy esperando a quienes quieran sembrar en este ministerio, que paguen programas en la radio y televisión, y socios en general, que aporten dinero para la obra de Jesús. Amén.