Sche'óhl es una palabra hebrea que parece derivar del verbo scha-'ál, que significa "pedir, solicitar". Según se entiende, se le llama así, por el hecho de que está pidiendo almas constantemente y nunca se sacia."El Seol y el Abadón nunca se sacian" (Proverbios 27.20). En el Nuevo Testamento se usa la palabra griega Hades para referirse al Seol. Los vocablos: Hades, Seol, Abadón y Gehena, se refieren o son equivalentes al Infierno. En la antigüedad, los israelitas sabían de la existencia de un lugar donde iban los muertos; el cual entendían, era un sitio común para todas las personas, sin importar si eran buenas o malas, y era llamado Sche'óhl o Seol.

Por ejemplo, Jacob dice: "...Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol..." (Génesis 37.35). Este patriarca sabía de su existencia; Moisés y los israelitas de su tiempo también conocían sobre él. "Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación" (Números 16.33). Y así, por sus generaciones, los descendientes de Abraham conocían el lugar donde iban las almas de los hombres y mujeres cuando morían. Los griegos creían en un sitio similar, pero lo concebían como uno dividido en más de dos partes o secciones. Hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, según la biblia, el Seol estaba dividido en dos partes por un abismo o sima. "...Una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros..." (Lucas 16.26).

Una parte se llamaba "el seno de Abraham", y la otra, "el Hades o Infierno". "Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno" (Lucas 16.23). En la primera parte, el seno de Abraham, según se infiere en la biblia, había agua, y era un lugar de descanso para los justos. "...Envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua... pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado" (Lucas 16.24-25). La segunda, el Hades o Infierno, por el contrario, era y es, un sitio donde no hay agua, solo fuego y se impone tormento a los que allí moran. "Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos... Padre Abraham, ten misericordia de mí... porque estoy atormentado en esta llama" (Lucas 16.23-24).

Cuando Jesús muere, desciende al Seol o Hades; y en el momento que resucita, traslada el seno de Abraham hasta el tercer cielo. Esto se infiere o deduce por estas razones: Primero, cuando resucita el Señor Jesucristo también lo hacen los santos que habían estado en el seno de Abraham. "Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron" (Mateo 27. 52). Esta resurrección de los santos, no fue una resurrección propiamente dicha; sino una traslación de un lugar de descanso a otro; ya que si en verdad hubieran resucitado aun estarían en la tierra, pues serían inmortales.

Cuando iban siendo trasladados al cielo, es que fueron vistos por algunas personas. "...Y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la ciudad, y aparecieron a muchos" (Mateo 27.53). Segundo, la nueva ubicación del lugar de descanso para los justos o paraíso, fue revelada al apóstol Pablo algunos años después de la resurrección. "Conozco a un hombre en Cristo, que... fue arrebatado al tercer cielo... que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras..." (II Corintios 12.2,4). Desde entonces hasta hoy, el Seol o Hades se quedó solo con una parte, el lugar de tormento, el Infierno.

Aclaración

El infierno es tan real, que se puede llegar a él cavando desde la superficie de la tierra. "Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano..." (Amós 9.2). Cuando Dios habla sobre la posibilidad de algo, es porque puede suceder, se puede hacer o lograr. En este versículo, por ejemplo, también dice: "...Aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender" (Amos 9.2). Esto de llegar hasta el cielo, es algo que el hombre ya ha conseguido. De la misma manera, se puede llegar hasta este lugar llamado infierno, cavando, lo cual tengo entendido, ya se ha hecho. La biblia habla de un hombre rico que hacía banquete todos los días, pero llegó el momento en que este sujeto murió, y cuando lo hizo, se encontró con un panorama que no esperaba.

Inmediatamente cayó en el Hades o infierno y comenzó a ser atormentado. "Había un hombre rico, que se vestía de purpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. ...Y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzo sus ojos, estando en tormentos..." (Lucas 16.19,22-23). Como se puede ver, la palabra de Dios habla del infierno como un lugar real donde se sufre tormento. Es de tener bien presente, en este texto, quien está diciendo estas cosas, que es el Señor Jesucristo. El, por el hecho de ser Dios, sabe todas las cosas, lo que sucede en el cielo, en la tierra y debajo de ella o en el infierno.

De una de tantas anécdotas o situaciones reales de la vida, de las personas que terminan sus días en el infierno, tomó ésta, la de un hombre rico y un mendigo. El rico representa a la persona que vive sin Dios, despreocupada y haciendo el mal en este planeta. Representa a los religiosos que se acercan a Dios según les parece, y no como dicen las Escrituras. También es símbolo de algunos que dicen ser cristianos evangélicos, pero no buscan a Dios con todo su corazón, sino que viven en placeres y deleites

Esta vigente

Este sitio está recibiendo almas desde la creación del mundo hasta este momento, y dejará de hacerlo al final del milenio, cuando se lleve a cabo el juicio del gran trono blanco. Afirmo esto por las siguientes razones: Primero, sí el hombre rico dice a Abraham que envíe a Lázaro para que hablase a sus hermanos de la existencia de este lugar y busquen a Dios correctamente. "...Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento" (Lucas 16.27-28). Significa que mientras o en el momento que el rico esta en este sitio, sus hermanos están aún vivos, en la tierra.

Segundo, la biblia expresa que los ángeles que pecaron, en el principio de los tiempos, haciéndose hombres y tomando para sí mujeres (Génesis 6. 1-4), fueron encerrados por Dios en el infierno. "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio" (II Pedro 2.4). "Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día" (Judas 6). Estos ángeles están en este lugar desde esos días hasta hoy, esperando el juicio final.

Tercero, la palabra de Dios expresa que cuando murió el Señor Jesucristo, fue hasta este lugar, hasta el centro de la tierra o infierno, y desde ahí salió cuando resucitó. "...Así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches" (Mateo 12.40). Esto ya estaba profetizado, y se sobre entiende que en el tiempo que David escribe esta profecía, ya existía este lugar. "Porque no dejarás mi alma en el Seol..." (Salmos 16.10). Cuarto, desde que este lugar fue creado, cuando Dios hizo la tierra, está siendo observado por Jehová Dios. "El Seol está descubierto delante de él..." (Job 26.6). "El Seol y el Abadón están delante de Jehová..." (Proverbios 15.11). Cuando dice: ...Están delante de Jehová... Se refiere a que Jehová mira u observa este o estos sitios.

Podemos notar que está vigente todavía, recibiendo las almas de los desobedientes a la voz divina.

¿Dónde esta?

Según la biblia es un ángel. "Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón..." (Apocalipsis 9.11). El Abadón es el mismo Seol, Hades o Infierno. "El Seol y el Abadón están delante de Jehová..." (Proverbios 15.11). "El Seol y el Abadón nunca se sacian..." (Proverbios 27.20). Por supuesto, este ángel es uno que tiene la capacidad de albergar en su seno, en su interior, a todos los condenados. "...Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos..." (Apocalipsis 20.13). Será juzgado en el juicio del gran trono blanco, como lo que es: una persona, un ser, un ángel. "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego..." (Apocalipsis 20.14).

¿Cómo es?

Es un lugar en el cual nadie alaba a Dios. "...En el Seol, ¿quién te alabará?" (Salmos 6.5). "Porque el Seol no te alabará..." (Isaías 38.18).

Es insaciable, su capacidad no tiene límite. "El Seol y el Abadón nunca se sacian..." (Proverbios 27.20). "...Tres cosas hay que nunca se sacian... El Seol..." (Proverbios 30.15-16). Allí la persona está consciente y despierta. "De en medio del Seol hablarán a él los fuertes..." (Ezequiel 32.21). "Y en el Hades alzo sus ojos, estando en tormentos... Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí..." (Lucas 19.23-24).

En este sitio hay mucho fuego ardiendo. "Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol..." (Deuteronomio 32.22). "...Quedará expuesto al infierno de fuego" (Mateo 5.22). "...Porque estoy atormentado en esta llama" (Lucas 16.24).

La ciencia humana manifiesta, que el centro del planeta nuestro, tiene unos cinco mil grados de temperatura o calor. Al llegar el agua a los cien grados, comienza a hervir; podemos imaginarnos como es el calor con cinco mil grados.

Hay un abismo o gran profundidad en este sitio. "... Tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo" (Isaías 14.15). "...Una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá" (Lucas 16.26).

Lugar donde hay ríos. "...Hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos..." (Ezequiel 31.15). Hay también cárceles de oscuridad. "...Sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad..." (Pedro 2.4). "...Los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas..." (Judas 6).

En estas prisiones, hay condenados reservados para el gran juicio final o del gran trono blanco. "...Los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día" (Judas 6). "...Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras" (Apocalipsis 20.13).

Al final de este juicio, serán lanzados al lago de fuego y azufre. "Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego" (Apocalipsis 20.15).