Longevidad


Introducción

He escuchado muchísimo, a predicadores y hermanos en general, y según tengo entendido, esta enseñanza esta en toda o casi toda la iglesia de Jesucristo en todo el orbe. Dicha creencia es que el límite de la vida del ser humano en esta tierra es de setenta u ochenta años, esto lo creen por este versículo: "Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años..." (Salmos 90.10). Pero no se puede hacer una doctrina por un solo versículo bíblico, y menos cuando hay en la Escritura contenido que lo refuta o aclara mejor. Espero que este contenido pueda ayudar a muchos hermanos en la fe para que tomen aliento y se conforten sus corazones. Amén. Acompáñeme.

 

Llamado de Noè

Cuando Dios decide poner fin a la existencia de todos los seres que él había creado, hombres y animales, dice: "...No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Génesis 6.3). Esta expresión: Serán sus días ciento veinte años, ha sido mal aplícada o interpretada, pues siempre se ha dicho que este fue el tiempo que le llevó a Noé construir el arca, pero Dios no se está refiriendo a ello, sino a la edad del hombre sobre la tierra, que el límite de su vida iba a ser de ciento veinte años. Hay varias razones por las que afirmo esto:

 

Primero, es de notar el contexto donde Jehová hace uso de esta frase, que es cuando ve la maldad en su creación, y que la edificación del arca ni siquiera se menciona todavía. Segundo, en la palabra de Dios encontramos que Noé engendró a sus tres hijos Sem, Cam, y Jafet, cuando tenía quinientos años de vida (Génesis 5.32). El llamado a construir el arca lo recibe Noé cuando sus hijos ya estaban bien crecidos y hasta casados. "Hazte un arce de madera de gofer... Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra... Más estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, y tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo" (Génesis 6. 14,17-18). Por lo menos tenían entre veinte a treinta años de edad. Esto significa, que Noé tenía cuando Dios le habla de la construcción del arca, unos quinientos veinte o quinientos treinta años de vida.

 

¿Por qué es importante conocer esto? Porque, el diluvio viene sobre la faz de la tierra cuando Noé tenía la edad seiscientos años (Génesis 7.11), lo que quiere decir que el tiempo que duró la construcción del arca fue de unos ochenta o setenta años o menos; y no ciento veinte años, como siempre se ha afirmado. Teniendo claro lo anterior, se puede decir con toda seguridad que los ciento veinte años de los que habla nuestro Dios, se refieren, en efecto, a la edad, a los años de vida que los seres humanos iban a tener como límite, después del diluvio.

 

Genealogìas

Para comprender bien acerca del límite de la edad del humano, necesitamos remontarnos a los comienzos de la vida del hombre sobre la tierra. En el principio de los tiempos, comenzando desde Adán, los hombres vivían casi mil años. Adán, como expresa la Escritura , vivió novecientos treinta años (Génesis 5.5); Jared, por su parte, estuvo en la tierra novecientos sesenta y dos años (Génesis 5.20); Matusalén fueron sus días novecientos sesenta y nueve años (Génesis 5.27); Noé, el último de esta generación, vivió novecientos cincuenta años (Génesis 9.29).

 

Durante diez generaciones, desde Adán hasta Noé, la humanidad tuvo el privilegio de vivir todos estos años. Pero cuando Dios decidió raer a los seres humanos de la faz de la tierra, puso fin a esta longevidad o durabilidad de la vida. Después del diluvio, los años de vida de los hombres, ya no fueron como antes de esta catástrofe. Los hijos de Noé, no vivieron los años que su padre consiguió vivir. Sem, por ejemplo, vivió quinientos noventa y ocho años; noventa y ocho hasta el diluvio (Génesis 5.32; 11.10), y quinientos después del mismo (Génesis 11.11). Por lo que se puede entender, pues la biblia no lo dice, sus hermanos, Jafet y Cam, vivieron quizá los mismos años que él.

 

En la genealogía de Sem, podemos notar como la edad de sus descendientes va decreciendo gradualmente. Lo cual significa, que de igual manera, la edad de los seres humanos, en general, después del diluvio, fue decayendo también. Arfaxad, su hijo, vivió cuatrocientos treinta y ocho años (Génesis 11.12-13), ciento sesenta años menos que él. Sala, su nieto, vivió cuatrocientos treinta y tres años (Génesis 11.14-15), ciento sesenta y cinco años menos. Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala, solo vivió doscientos treinta y nueve años (Génesis 11.18-19), trescientos cincuenta y nueve años menos que Sem. Y así, llegamos hasta la décima generación después de Sem, y notamos como Abraham, quien es su décimo descendiente (Génesis 11.26), vivió ciento setenta y cinco años (Génesis 25.7-8). Según la biblia, el límite de los ciento veinte años establecido por Dios, se cumple plenamente en Moisés, quien vivió estos años (Deuteronomio 34.7).

 

En estas genealogías, se mira la disminución en los años de vida de la raza humana; esto es bien evidente, y no deja lugar a dudas de cuál es el límite en los años de vida de los seres humanos en la actualidad, que es de ciento veinte años. Por esta causa, todavía en estos días, se sabe de personas que viven más de cien años. Así que ¡ánimo! si ya pasa de los cincuenta o sesenta años, todavía hay mucho camino por recorrer.

Citas; Reina Valera 1960.