Arrebatamiento


 

Introducción

Desde mi conversión al evangelio, comencé a oír sobre el arrebatamiento o segunda venida de Jesús. Escuchaba lo que generalmente predica la ortodoxia, pero cuando empecé a leer la Escritura, me impacto lo que ella dice al respecto. Pase varios años predicando sin tocar este tema, meditando y escudriñando para estar seguro de la verdad; cuando esto sucedió, di inicio a la predicación en esta doctrina. Nuestro Señor Jesús desea que tengamos este conocimiento, para que nos preparemos para su venida.

 

El presente estudio y el énfasis que se hace en él, de que nuestro Señor Jesús vendrá a mediados de la Gran Tribulación, ha sido con la plena dirección del Espíritu Santo, quien me ha guiado a entender esta verdad contenida en la biblia. Dada la profundidad e importancia de la temática a tratar, ha sido necesario dividirlo en varios segmentos para su mejor comprensión.

 

Es imprescindible ver cada parte, para comprender bien todo este suceso. Es la intensión de Jesús y mía, que la iglesia de Dios sea instruida correctamente sobre este acontecimiento, y sabemos que este contenido será de gran provecho, beneficio y bendición a la iglesia de Jesucristo en todo el planeta. Amén. Acompáñeme.

 

Trompeta Final

 

 

 

La biblia dice que Jesús vendrá a llevarnos, al toque de la final trompeta.

 

"He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (I Corintios 15.51-52).

 

Esta trompeta es la última de las siete que se tocan en Apocalipsis, afirmo esto por las razones siguientes: a.) Porque si la biblia habla de un toque final de trompeta, significa que han existido otros toques anteriores a éste. b.) La palabra de Dios no hace mención de otros toques de trompeta, sino solamente éstos de Apocalipsis.

 

De manera que es cuando suena la séptima trompeta, que se manifiesta el Señor Jesús en las nubes para llevar a su Iglesia, a los cielos. El apóstol Pablo, en la primera carta a los hermanos de Tesalónica, les dice: "Porque el Señor mismo con voz de mando, y con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero" (I Tesalonicenses 4.16).

 

En Apocalipsis habla que cuando se toque la trompeta séptima, el misterio de Dios se consumará, es decir, se llevaran a cabo completamente los pensamientos del Señor; él hará todo lo que ha determinado para el final de los días. Esto incluye, desde luego, la venida de Jesucristo a llevar a su prometida o Iglesia, y la consumación de su ira sobre todo el género humano.

 

"Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta; el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas" (Apocalipsis 10.7).

 

Si se observa detenidamente los juicios de Dios desde los sellos hasta la final trompeta, se puede notar que si bien es cierto han destruido mucho, han traído muerte y angustia a la tierra; hasta cierto punto no son comparables con la destrucción que trae cada copa después de la final trompeta. Los juicios que vienen con el derramamiento de las copas son sin misericordia, son para erradicar o cortar de raíz la maldad del planeta. Por ejemplo, cuando se toca la segunda trompeta viene un juicio sobre el mar, sobre la tercera parte de su inmensidad.

 

"El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar..." (Apocalipsis 8.8-9).

 

Pero cuando se derrama la segunda copa, el mar se convierte en sangre en su totalidad, y muere todo ser vivo en él.

 

"El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar" (Apocalipsis 16.3).

 

Podemos notar, que es en el derramar de las copas que cae todo el peso de la mano de Dios sobre la tierra. Esto ocurre, cuando la Iglesia de Dios está en bodas, con Jesús en el cielo. Es de tener presente también, que en Apocalipsis casi todo se desarrolla en secuencia, una cosa sucede o acontece después de la otra. Este desarrollo sucesivo se da sobre todo con los sellos, las trompetas y las copas. Primero se abren los sellos, luego suenan las trompetas y después se derraman las copas, esto no puede suceder en otro orden.

 

Suena la séptima o final trompeta, y luego ocurren varias cosas, de las cuales no trataremos en esta ocasión. Después de este toque, aparece el Señor Jesucristo en una nube blanca para cosechar, para juntar a sus escogidos de los cuatro puntos de la tierra y llevarnos con él. Esto acontece en la pausa o intervalo de tiempo que hay entre el toque de la séptima trompeta y el derramar de la primera copa.

 

Aquí se da este toque.

"El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11.15).

 

Y aquí el arrebatamiento o segunda venida de Jesús.

"Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz; y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada" (Apocalipsis 14.14-16).

 

Por lo general cuando Jesús se refería a él en tercera persona, lo hacía con la expresión "el Hijo del hombre" esto fue muy utilizado por nuestro Señor y Salvador (Mateo 8.20; 10.23; Juan 3.14). Daniel, al ver su venida, la venida de Jesús, también le ve como un hijo de hombre (Daniel 7.13). Por todo esto, al observar Juan a uno parecido al Hijo del hombre sentado en una nube y con una hoz para segar o cosechar, es definitivamente a Jesucristo que está viendo venir en las nubes para llevar a su iglesia con él a los cielos; es en este momento que se está dando la Segunda Venida de Jesús, para llevarnos a participar de las bodas.

 

Como podemos ver, su venida ocurre después que se toca la séptima o final trompeta. Amén. Es muy importante saber que sin importar cuando venga nuestro Señor, si al anochecer o a la media noche o al canto del gallo; lo que nos corresponde hacer como siervos de Dios es estar preparados, esperándole en todo momento, para que cuando venga nos vayamos con él (Lucas 12.35-38).

 

II Tesalonicenses 2. 1-4

Esta porción de la carta del apóstol Pablo a los hermanos de Tesalónica, es importantísima para conocer a ciencia cierta sobre este tema. Estos hermanos ya habían recibido una carta del apóstol, donde les hablaba sobre la venida del Señor.

 

"Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos... no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes..." (I Tesalonicenses 4.13,15-17).

 

Pero estaban siendo inquietados por algunos que les predicaban o les escribían sobre el hecho de que la venida de Cristo estaba muy cerca. Les decían que su venida era inminente, que de un momento a otro vendría. Esto se entiende por estas palabras.

 

"Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente, de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca" (II Tesalonicenses 2.1-2).

 

Para aclarar este asunto, el apóstol les escribe esta segunda epístola o carta para hacerles saber que nuestro Señor no vendría sin que antes sucedieran algunas cosas. Como ya he dicho, esto es de suma importancia, dado que la palabra de Dios es más que clara en esta epístola sobre este acontecimiento.

 

La gran mayoría de la Iglesia cristiano evangélica cree que la venida de Jesús a llevar a los suyos, será al comienzo de la semana setenta, es decir, al inicio de la Gran Tribulación, y que la Iglesia no pasará por ninguno de los juicios de Dios; también, que la bestia o Anticristo, se manifestará una vez la iglesia haya ascendido al cielo. Pero aquí, el apóstol, Dios por medio de él, está diciendo algo diferente. Veamos que dice:

 

"Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente, de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (II Tesalonicenses 2.1-4).

 

Aquí el apóstol les dice claramente, que antes de la venida de nuestro Señor Jesús a llevarnos, es necesario que sucedan estas dos cosas: I.) Que venga la apostasía de la Iglesia. II.) Que se manifieste el hombre de pecado o Anticristo. Ningún hijo de Dios puede ignorar esta Escritura, porque es la voluntad de Jesús que el creyente se prepare por si tuviera que vivir alguna de estas cosas. Veamos detenidamente estas dos señales.

 

I.) Apostasía o apartamiento de la Iglesia de la fe en Jesucristo.

Esto ya sucedió y continúa sucediendo; la iglesia primitiva creció en el seno del Imperio Romano quien la persiguió y martirizó por varios cientos de años o siglos; hasta que Constantino el grande, oficializó el cristianismo dándole el primer lugar en el imperio (edicto de Milán 313 d. C.). De ahí en adelante la Iglesia tuvo grandes honores o prerrogativas, privilegios que si bien es cierto la bendijeron bastante, también a la postre, terminaron apartándole de la fe en el hijo de Dios, y poniéndola en imágenes, esculturas y supersticiones, todo lo que enfáticamente reprueba la palabra de Dios.

 

"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen" (Éxodo 20.2-5).

 

Así se dio la primera apostasía. Por esto surgió la Reforma de la Iglesia a fines de la edad media, y nació la Iglesia Evangélica o Reformada. Pero aun hoy, de esta Iglesia, hay algunos que se apartan de la fe en el hijo de Dios; congregaciones, ministerios que comenzaron con el fuego de Dios, algunos hoy pertenecen o son parte del ecumenismo promovido por la Iglesia apostata (Católica), y por tanto, apostatas también. Esta apostasía sucederá también cuando aparezca la bestia o Anticristo.

 

En esos días el mundo tendrá una religión común, o en otras palabras, todo el mundo será obligado a dar adoración al falso Mesías. "El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (II Tesalonicenses 2.4).

 

"Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (Apocalipsis 13.15-18).

 

Los ministerios, iglesias y cristianos evangélicos en general, que no estén bien firmes en la fe, darán adoración a este hombre de pecado y al régimen que impondrá, abandonando así su fe.

 

II.) Manifestación del hombre de pecado o Anticristo.

Subirá del mar la bestia, de la cual habla Apocalipsis.

 

"Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada..." (Apocalipsis 13.1-3).

 

Esta bestia, representa una confederación de diez naciones o presidentes, quienes gobernarán en todo el planeta. "Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino..." (Apocalipsis 17.12). Por esta causa, los diez cuernos, tienen cada uno de ellos, una diadema o corona. "...Y en sus cuernos diez diademas..." (Apocalipsis 13.1). Todo esto sucederá en los días finales.

 

Tras los primeros diez cuernos, saldrá un undécimo, el cual es el Anticristo. "Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes, y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley..." (Daniel 7.24-25).

 

Este gobernará política y espiritualmente en todo el planeta, dado que él es el falso Mesías. "...Y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia. ....Y adoraron a la bestia...También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación" (Apocalipsis 13.3-4, 7).

 

Es de saber que este impostor será judío o israelita. "...En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío..." (Zacarías 8.23). "Del Dios de sus padres no hará caso..." (Daniel 11.37). Cuando menciona "Dios" con mayúscula, se refiere a Jehová Dios de los cielos y de la tierra. Para que el mundo crea esta mentira, es menester que los israelitas avalen, acepten al falso Cristo; y ellos esperan a un Mesías de su descendencia, del linaje de David específicamente.

 

"He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra" (Jeremías 33.14-16).

"...¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?" (Marcos 12.35).

 

Esto es lo que creía y esperaba Israel en los días de Jesucristo, y lo que aún están esperando. Por esto esté farsante será judío, para engañar a Israel y al mundo. Se instalará en Israel y comenzará su reino (según él) como Dios. "El cual se opone y se levanta contra todo lo que llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (II Tesalonicenses 2. 4).

 

Los diez presidentes harán un pacto con él y con Israel. "...En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío..." (Zacarías 8.23).

"Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia" (Apocalipsis 17.12). Dirán que los cristianos estaban equivocados, en su creencia, debido a esto vendrá persecución a la Iglesia de Dios.

 

"...Y a los santos del Altísimo quebrantará... y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo" (Daniel 7.25).

"Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán" (Mateo 24.9-10).

"Y se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos..." (Apocalipsis 13.7).

 

Cuando aparezca el Señor Jesucristo a llevarnos, a sus escogidos, desenmascarará al Anticristo, y es por ello que a mediados de la semana setenta, este impostor rompe el pacto con Israel, pues ya ha sido descubierto que es Satanás.

 

Entonces pone la abominación desoladora.

 

"Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte de del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra" (Daniel 8.9-11).

"Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda..." (Daniel 9.27).

"Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora" (Daniel 11.31).

"Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel..." (Mateo 24.15).

 

Es de recordar que Satanás es engañador, que el engaño es su especialidad, que aún hoy gobierna el planeta usando esta artimaña. "Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero..." (Apocalipsis 12.9). El mundo cree que se gobierna a sí mismo, que es independiente y hasta se burla de la existencia del diablo, dice que es un mito; pero es él quien lo gobierna. "...Y el mundo entero está bajo el maligno" (I Juan 5.19). Si el Anticristo viniera diciendo quien es en verdad, la gente huiría de él, por esto se presentará como el Mesías, para llevar a cabo sus propósitos malignos.

 

Una de las señales que nuestro Señor Jesucristo dio a sus discípulos, fue que aparecerían falsos Cristos antes de su venida a llevar a su iglesia; entre ellos, por supuesto, el undécimo cuerno o Anticristo. Respondiendo Jesús, les dijo: "Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán" (Mateo 24.4-5). "Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el Anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo" (I Juan 2.18).

 

Cuando el Señor Jesucristo abre el primer sello en el libro de Apocalipsis, aparece un jinete en un caballo blanco. "Y Miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer" (Apocalipsis 6.2). Muchos concuerdan, y también yo, en que este jinete es el Anticristo quien se manifiesta para reinar (se supone) en el comienzo de la semana setenta.

 

Es necesario que este farsante se manifieste antes de la venida de Jesús, porque si apareciera después nadie creería en él. Ahora, suponiendo que cuando sea la venida de Jesús nadie le vea, y que desaparezca en un abrir y cerrar de ojos el pueblo cristiano. Aun así el mundo siempre se daría cuenta de que Jesús ha venido.Primero, porque los desaparecidos todos tendrían una religión común. Segundo, porque esta supuesta manera de como la Iglesia ascenderá al cielo "desaparición instantánea de todo el pueblo de Dios" es la que se predica prácticamente en todo el globo terráqueo.

 

Por todo esto, es que el Anticristo vendrá antes que Jesús se manifieste a llevar a su iglesia; de otra manera, Israel y el mundo no creerían en él, en el Anticristo, y no se cumpliría el plan divino.Como hemos visto, es menester o necesario que sucedan estas dos cosas, la apostasía y aparición del Anticristo, antes de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo a llevarnos con él.

 

¿Cuándo vendrá?

+ La biblia dice que nadie sabe el día y hora de su venida    (Mateo 24.36; Marcos 13.32). "Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre" (Marcos 13.32). 

 

+ Cuando haya llegado al colmo la maldad    (Lucas 17.26-30).

 

El mundo, cuando Jesús venga por su Iglesia, estará igual como estaba en los días de Noé, en relación al nivel de maldad que había en la humanidad entonces. De igual manera, será como en los días de Lot, por el grado de depravación que habrá así como lo hubo en los días de este justo. Por lo general se toma estos ejemplos que dio el Señor Jesucristo, para creer que así como Dios libro a Noé y a Lot, del mismo modo librará a su Iglesia de la gran tribulación.

 

Es verdad que la Iglesia es protegida del Señor, pero esto no la exime o libera de pasar por padecimientos necesarios para ser perfeccionada. Dios primeramente protege el alma del cristiano, y será su alma, la que sobre todo, guardará en la tribulación. "El guarda las almas de sus santos..." (Salmo 97.10). Los hijos de Dios somos perfeccionados por medio de las pruebas y tribulaciones que vienen a nuestra vida, porque es Dios quien las envía. "Jehová prueba al justo..." (Salmo 11.5). "...Después que hayáis padecido un poco de tiempo; él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca" (I Pedro 5.10).

 

Noé fue librado del diluvio, pero estuvo en medio de él, en medio de la tempestad. Lot fue librado de la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero hasta cierto punto participó de este suceso, de tal manera que su esposa al ver hacia atrás quedó convertida en estatua de sal. Esto habla de cuan cerca estuvo Lot de este hecho (Génesis 19.26).El Señor Jesucristo padeció, y aun murió en una cruz. La iglesia primitiva sufrió martirio, los hermanos fueron asesinados de maneras horrendas.

 

Tomando en cuenta todo esto ¿por qué no podría padecer persecución la iglesia de Dios en los días finales? ¿Por qué no podría pasar por parte de la gran tribulación? La biblia dice que si lo hará. "...Y a los santos del Altísimo quebrantará... y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo" (Daniel 7.25). "Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos..." (Apocalipsis 13.7). La palabra del Señor dice: "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 10.39). 

 

+ Cuando nadie le espere, de manera repentina    (Mateo 24.37-39,44; Lucas 17.26-30). "Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mateo 24.44).

 

+ Cuando se acabe la dispersión de Israel, una vez la higuera haya florecido    (Daniel 12.7; Mateo 24.32-33). La higuera representa a Israel, y al decir en Daniel: "...Cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas" (Daniel 12.7).

 

Se está refiriendo a la finalización de la diáspora o dispersión de Israel y a la restauración de los israelitas como nación. Israel fue esparcido a diferentes naciones después que Jerusalén fue destruida por Tito, un general romano, el año 70 de nuestra era. Pero en 1897 se inició el movimiento sionista y los israelitas de diferentes naciones comenzaron a volver a su territorio ancestral. Israel declaró su independencia en el año de 1948. Desde entonces este pueblo ha prosperado mucho. Como podemos ver, ya floreció la higuera, solo falta que Jesús venga por su Iglesia, quienes le esperamos. Para tener una idea más clara de la temática que estamos estudiando, es necesario asimilar lo que veremos a continuación.

 

¿Qué señales habrá?

+ Vendrán muchos falsos Mesías antes de su manifestación    (Mateo 24.3-5,11,24; I Juan 2.18).

 

Esta señal dada por el Señor Jesucristo es importantísima, porque aquí nos dice claramente que antes de su venida a llevar a su iglesia, vendrían falsos cristos. "Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán" (Mateo 24.5).Y entre ellos, por supuesto, el undécimo cuerno, falso Mesías o Anticristo (Daniel 7.24-25; Apocalipsis 13.1...).

 

El apóstol Juan, en su primera carta hace ver a la iglesia que es la aparición del Anticristo, la que indica que es el último tiempo y que, desde luego, se aproxima la venida de Jesús a llevar a su iglesia. "Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo" (I Juan 2.18).

 

El jinete del caballo blanco que aparece cuando se abre el primer sello en el libro de Apocalipsis, muchos concuerdan en que es el Anticristo (Apocalipsis 6.1-2). Estoy de acuerdo con esta afirmación. Al manifestarse el Anticristo cuando se abre el primer sello, lo está haciendo (se supone) al comienzo de la semana setenta e inicio de la gran tribulación.

Se manifiesta antes de la venida de Jesús o ascensión de la Iglesia de Dios.

 

+ Habrá guerras y rumores de ellas    (Mateo 24.6-8).

 

+ La ciencia aumentará    (Daniel 12.4).

 

+ Habrá persecución de la Iglesia de Dios    (Mateo 24.9-10; Lucas 21.12-19; Apocalipsis 13.7).

 

Esto se cumplió en la iglesia primitiva, y en los primeros siglos de la era de la iglesia cristiana. Pero también se cumplirá en la persecución de la Gran Tribulación, que padecerá la Iglesia de Dios antes de la final o séptima trompeta.

 

+ Habrá terremotos, hambres, pestilencias y grandes señales en el cielo    (Lucas 21.11; Apocalipsis 6.12-13).

 

+ Las potencias de los cielos serán conmovidas, las estrellas caerán a la tierra, el sol y la luna se oscurecerán    (Isaías 34.4; Mateo 24.29; Apocalipsis 6.12-13; 8.12).

 

+ La maldad se aumentará    (Mateo 24.12). 

 

+  Será quitado el continuo sacrificio y puesta la abominación desoladora    (Daniel 8.9-12; 9.27; 11.31; Mateo 24.15).

 

Esta fue una de las señales que el Señor Jesucristo dijo a sus discípulos. "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel..." (Mateo 24.15).

 

Algunos dicen que la profecía de Daniel que hace mención de este suceso (Daniel 8.1...), se cumplió cuando Antíoco IV Epifanes quitó el continuo sacrificio del templo de los judíos en Jerusalén el año 167 a. C. Según parece, si tuvo cumplimiento en ese tiempo. Al igual que la profecía de Jesús, se cumplió cuando Jerusalén fue destruida, después de la ascensión de Cristo, en el año 70 d. C. Pero, tanto Daniel como Jesús, sobre todo se están refiriendo a lo que sucederá en los días apocalípticos, antes de la segunda venida de Jesús o arrebatamiento de la Iglesia, cuando el Anticristo se siente en el trono de Dios como Dios etc. Será entonces cuando ambas profecías tendrán su pleno cumplimiento.

 

Ahora, a Daniel se le revela que el cese del culto y la prevaricación desoladora durará 2,300 tardes y mañanas, es decir, 2,300 días. Esto equivale a 6 años 3 meses y 20 días (Daniel 8.13-14). Según Daniel, primero se hará el cese del continuo sacrificio en Jerusalén y luego se pondrá la abominación destructora. El período desde el cese del continuo sacrificio hasta la abominación desoladora será de 1290 días, esto es, 3 años y 7 meses (Daniel 12.11). Los dos mil trescientos días, podrían ser también dos mil trescientos años. Esto considerando varios factores:

 

I.) A Ezequiel Dios le da una profecía del sitio contra Jerusalén. Allí le dice que los días que se acueste de un lado o de otro equivalen a un año, un día equivale a un año. "...Día por año, día por año te lo he dado" (Ezequiel 4.6).

 

II.) Tomando en cuenta la fecha desde la destrucción de Jerusalén hasta nosotros, se puede considerar que ya han pasado 1952 años desde el año 70, solo faltarían 278 para los 2300 años. El cese del sacrificio se hará inmediatamente el Anticristo aparezca y se manifieste a Israel. Sucederá cuando se abra el primer sello (Apocalipsis 6.1-2), y marcará el inicio de la semana setenta. La abominación destructora se efectuará cuando venga el Señor Jesús a llevar a su Iglesia y el Anticristo sea desenmascarado. Entonces tomará este último militarmente a Israel y hará según su voluntad (Daniel 11.31; Lucas 21.20-24; Apocalipsis 11.2). 

 

+ Será predicado en todo el planeta el Evangelio    (Mateo 24.14; Apocalipsis 14.6-7).

 

Si la iglesia no ha cumplido con este mandato en su totalidad, cuando se llegue el momento del advenimiento o venida de nuestro Señor Jesucristo. Esto no será impedimento para que se realice, ya que en los versículos citados de Apocalipsis, la biblia dice que un ángel predicará la palabra de Dios a oídos de toda la humanidad, justo antes de la manifestación de Jesús. "Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo" (Apocalipsis 14.6). Así, se cumplirá la profecía, si aún no lo había hecho.

 

¿Cómo vendrá?

+ Vendrá en una nube blanca    (Daniel 7.13; Mateo 24.30; Apocalipsis 1.7; 14.14). "Y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo del hombre..." (Daniel 7.13).

 

+ Todo ojo le verá    (Mateo 24.30; Lucas 21.27; Apocalipsis 1.7).

 

El hecho de que todo ojo verá al Señor Jesucristo en la ascensión de la Iglesia, está muy claro en la biblia, los versículos citados lo expresan claramente. "Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo... y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta; y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro" (Mateo 24.30-31). "He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá..." (Apocalipsis 1.7).

 

Mateo está relatando lo que sucederá cuando Jesús venga por su Iglesia, que aparecerá la señal del Señor en el cielo, que todo ojo le verá y que desde ahí, desde las nubes, enviará a sus ángeles a juntar a sus escogidos. Apocalipsis se refiere al mismo suceso. Cuando Jesús ascendió a los cielos, lo hizo a la vista de sus discípulos, y en esa ocasión, después que desapareció en las nubes, dos ángeles dijeron a los espectadores o discípulos que así como le habían visto ir (en una nube y a la vista de las personas), así iba a venir otra vez. "...Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1.11).

 

Este punto está bastante claro en estos versículos, si se argumenta otra cosa, es porque no hay una buena interpretación de la palabra del Señor.

 

+ Como ladrón    (Mateo 24.43-44; I Tesalonicenses 5.2; II Pedro 3.10).

 

Esto es porque su venida será de manera repentina, pero no significa que nadie le verá. Aun cuando su venida sea como ladrón, una vez haya llegado la gente advertirá su presencia. Así como cuando un delincuente ataca a alguien, por lo general le asalta de manera sorpresiva, de repente, pero la persona advierte su presencia cuando ha llegado.

 

+ Como relámpago    (Lucas 17.24; Mateo 24. 27).

 

Conclusión

Hemos visto como según la palabra de Dios, Jesús vendrá después que se manifieste la bestia o Anticristo, a mediados de la Gran Tribulación. Es de recordar y tener bien presente, que no somos eternos en este cuerpo mortal, y que una vez morimos entramos en la eternidad, y en la condición que perecemos, así permaneceremos eternamente (Hebreos 9.27). Por esto debemos asegurar nuestra alma en las manos del Señor Jesús.

 

Es bien difícil creer que la Iglesia ascenderá al cielo sin pasar por parte de la tribulación, cuando la Escritura menciona que sí, que en efecto lo hará. Hay personas a las que les cuesta creer esto, pero la biblia dice que el sufrimiento Dios lo usa para perfeccionar a sus santos (II Timoteo 2.3,12). Además, no debemos olvidar que nuestro Salvador está hoy a la diestra de Dios, porque sufrió, padeció mucho de los seres humanos, y aun hasta murió en una cruz (Romanos 8.34; Filipenses 2.5-11; II Corintios 5.21).